Un nuevo dinosaurio argentino, Bicentenaria argentina, nombre elegido por investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), no sólo para conmemorar los dos siglos de independencia argentina sino también los 200 años de la creación del Museo, dependiente del CONICET.

Es muy probable que Bicentenaria sea el primer representante que se encuentra de un linaje nuevo dentro de la familia de celurosaurios, aquellos dinosaurios que eventualmente darían origen a las aves. Los investigadores creen que ejemplares podrían aportar claves para entender cómo fue la evolución de estos animales. “Si bien dentro de los celurosaurios hay miembros como el Tyrannosaurus rex o el Velociraptor, no se conoce mucho acerca de las formas primitivas, los primeros celurosaurios”, explica Fernando Novas, investigador independiente del CONICET y jefe del MACN.Los adultos habrían tenido entre 2.5 y 3 metros de largo, y eran ágiles y delgados. Por la forma de sus dientes y la presencia de garras, sería posible deducir que se trataba de dinosaurios cazadores. “Se puede sospechar que podrían haberse alimentado de dinosaurios más pequeños, herbívoros o crías de dinosaurios”, comenta Novas. Las rocas que contenían los huesos tienen alrededor de 90 millones de años y corresponden al período Cretácico Superior, entre 65 y 98 millones de años atrás. Bicentenaria no sólo debería ayudar a comprender mejor el árbol familiar de las aves y sus parientes más cercanos, sino que también “indica que los continentes del sur – Sudamérica, África, Australia – tuvieron una mayor diversidad de dinosaurios pequeños y similares a las aves de lo que se esperaba”.

Los huesos del Bicentenaria fueron encontrados en 1998 a orillas del lago Ramos Mexía, Río Negro, por Raúl Spedale, empleado de una hormigonera. Ese año hubo una bajante excepcional en los niveles del lago y quedaron expuestas algunas zonas que usualmente están tapadas por agua.Una vez en el laboratorio, Novas y su equipo se dieron cuenta que los 130 huesos colectados por Spedale correspondían a por lo menos tres ejemplares adultos y varios juveniles. Sin embargo, el investigador advierte que esto no necesariamente indica que cazaban en manadas, como usualmente se cree. Es probable que el Bicentenaria viviera en grupos, como ocurre con muchas aves vivientes.

Fuente: Conicet.


Trás una denuncia, el equipo paleontológico del Museo Municipal Argentino Urquiza de Rincón de los Sauces, Neuquén,  halla una importante asociación integrada por dientes de dinosaurios terópodos y saurópodos, cocodrilos y peces, además de restos de placas de tortugas, pelecípodos y fragmentos vegetales. Esta increíble abundancia de materiales es la primera registrada para el norte de Neuquén, principalmente el hallazgo de dientes de peces. Por el momento, las evidencias permiten inferir que el ambiente correspondería a una planicie de inundación, pero aún así, estudios geológicos son necesarios para definir no solo ésto, sino ademas, la antiguedad precisa de los restos, hasta ahora provenientes de niveles de la Formación Anacleto.

Cerda, I A.., Salgado, L. and Powell, J. E.
 
 
Abstract. Birds are unique among living tetrapods in possessing pneumaticity of the postcranial skeleton, with invasion of bone by the lung and air-sac system. Postcranial skeletal pneumaticity (PSP) has been reported in numerous extinct archosaurs including pterosaurs and nonavian dinosaurs. Here we report a case of extreme PSP in a group of small-bodied, armored sauropod dinosaurs from the Upper Cretaceous of South America. Based on osteological data, we report an extensive invasion of pneumatic diverticula along the vertebral column, reaching the distal portion of the tail. Also, we provide evidence of pneumaticity in both pectoral and pelvic girdles. Our study reveals that the extreme PSP in archosaurs is not restricted to pterosaurs and theropod dinosaurs.
 
Cerda, I. A., Salgado, L. and Powell, J. E. 2012. Extreme postcranial pneumaticity in sauropod dinosaurs from South America. Paläontologische Zeitschrift. DOI 10.1007/s12542-012-0140-6



Diego Pol y Oliver W. M. Rauhut


Abstract. Abelisaurids are a clade of large, bizarre predatory dinosaurs, most notable for their high, short skulls and extremely reduced forelimbs. They were common in Gondwana during the Cretaceous, but exceedingly rare in the Northern Hemisphere. The oldest definitive abelisaurids so far come from the late Early Cretaceous of South America and Africa, and the early evolutionary history of the clade is still poorly known. Here, we report a new abelisaurid from the Middle Jurassic of Patagonia, Eoabelisaurus mefi gen. et sp. nov., which predates the so far oldest known secure member of this lineage by more tan 40 Myr. The almost complete skeleton reveals the earliest evolutionary stages of the distinctive features of abelisaurids, such as the modification of the forelimb, which started with a reduction of the distal elements. The find underlines the explosive radiation of theropod dinosaurs in the Middle Jurassic and indicates an unexpected diversity of ceratosaurs at that time. The apparent endemism of abelisauroids to southern Gondwana during Pangean times might be due to the presence of a large, central Gondwanan desert. This indicates that, apart from continent-scale geography, aspects such as regional geography and climate are important to reconstruct the biogeographical history of Mesozoic vertebrates.

Pol, D. And Rauhut, O. W. M. 2012. A Middle Jurassic abelisaurid from Patagonia and the eraly diversification of theropod dinosaurs. Proceedings of the Royal Society. doi:10.1098/rspb.2012.0660. Published online.

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